Durante el desarrollo de la sociedad, han habido muchas transformaciones y mejoras en aspectos tecnológicos, sociales, educativos y de producción. Logramos pasar de recolectar bayas en el bosque, y luchar contra mamuts a producir comida en sótanos y balcones. Y es, precisamente en este aspecto de la producción en el cual nos vamos a enfocar; te contaremos la historia de cómo pasamos de pescar peces con lanzas a producirlos en cantidades exorbitantes, en sitios donde ni siquiera hay abundante agua.
Al principio, la humanidad dependía de lo que encontraba en su camino, éramos nómadas y nuestros alimentos los encontrábamos en los árboles, enterrados en el suelo y una que otra vez, en ríos poco profundos y llanuras calurosas. La vida era simple: caminas, encuentras comida, comes, descansas, caminas de nuevo.
No se sabe bien cómo pasó, pero un día alguien sembró una semilla y vio que de esta crecía una planta, y se preguntó, ¿Si puedo hacer esto con cualquier planta, y tener mucha comida en el mismo lugar, para qué demonios me muevo? Y nació la agricultura, nos hicimos sedentarios y le dimos forma a la civilización. Poco a poco la agricultura fue perfeccionándose, tuvimos mejores cosechas, pero aún salíamos a cazar y a pescar con palos y lanzas, porque el sabor de la carne es único.
Hasta que llegó el día en que otro curioso se preguntó, ¿por qué no cultivar la carne así como lo hacemos con las plantas? Y nació la domesticación; y nos aliamos con más de 1000 especies de animales para mejorar nuestras capacidades y fuentes de alimentación, desde aves hasta grandes mamíferos.
Primero, producir animales implicaba sólo alimentarlos, luego, mejorar las razas para que fueran más grandes, pesados, resistentes, y finalmente, cuando las razas llegaron a niveles muy altos, se comenzó a mejorar los espacios donde vivían y la cantidad de animales por unidad de espacio.
En el campo acuícola, primero se producían peces en estanques derivando agua de un cauce , de máximo 4 a 10 peces por m3, luego, se cultivaban peces en el mismo río resguardados en jaulas, llegando a producir 50–80 peces por m3, y finalmente, en los años 50 surgieron los sistemas RAS, donde se pueden producir 150-200 peces por m3. En todo este proceso, la tecnología ha sido un factor clave para aumentar los números y los beneficios ambientales.
Dos problema muy grandes de los sistemas de producción en estanques son el flujo constante de agua y los desechos de los peces, ya que los altos niveles de nitrógeno pueden disminuir el oxígeno en el agua, y asfixiar toda la vida presente en ríos cercanos. En los sistemas RAS, ese reto se soluciona con sistemas de filtración que incluyen tecnología y biología, porque hay grupos de bacterias especializadas en comer compuestos nitrogenados y convertirlos en abonos.
Y aquí surge la duda, ¿Qué son los Sistemas RAS puntualmente?
Podemos explicarlo todo en 3 ideas principales:
Son sistemas de recirculación, parecidos a un Ying Yang en donde todos los efluentes de los peces son transformados en abonos por microorganismos. Están conformados por elementos como sedimentadores, mineralizadores, biofiltros, intercambiadores de gas, tanques de cultivo, desinfectadores, desnatadoras, entre otros.
Los microorganismos filtran y purifican el agua, lo que permite usar la misma agua por mucho tiempo.
Obtienes subproductos aprovechables, como abonos y lodos deshidratados
Un sistema RAS, comienza por un tanque de cultivo de peces (La especie influye en la eficiencia del sistema); de ese tanque de peces, salen heces fecales de los peces, CO2, restos de alimentos, orina, células muertas y detritos. Estos componentes saturan el agua con amoniaco, nitritos, gases sulfurados y dióxido de carbono, principalmente. Cuando el agua recibe estos compuestos, se torna contaminante para la vida, por eso deben sacarse del tanque, para no matar a los peces allí dentro. Justo después de que el agua contaminada sale del tanque, pasa a un sistema de clarificación, filtración mecánica o sedimentación en donde todos los residuos pesados (más densos que el agua) se colectan en el fondo, y los residuos más livianos toman otro camino, a un sistema de biofiltrado (esa biofiltración puede ser con bacterias nitrificantes, plantas, algas o flóculos vivos). Lo que hacen estos sistemas de biofiltración es convertir los contaminantes en sustancias estables que no afecten la vida de los peces. Tales sustancias, son fertilizantes y abonos, los cuales sirven para mejorar suelos y cultivos. Por otro lado, todos los residuos pesados colectados en el fondo de los clarificadores forman lodos que pueden mineralizarse para hacer abonos también, o se pueden deshidratar y usar como materia prima para fertilizantes y mejoradores de cultivos. Adicionalmente, sistemas de desinfección permiten mejorar la calidad del agua, los sistemas de intercambio de gases permiten eliminar el CO2 y algunos gases sulfurados y las desnatadoras hacen más eficiente la remoción de los componentes nitrogenados en contra de la gravedad.
Los sistemas RAS han tenido mucho auge en los últimos 30 años, sobre todo porque se pueden instalar en zonas donde hay muy poca agua, y funcionar bien. Y lo mejor, si en el sistema de biofiltrado ponemos plantas, podemos obtener un subproducto adicional derivado de la producción de peces ¡Toda una maravilla de la ingeniería! Los aztecas lo realizaban desde el siglo 10 en lo que hoy es ciudad de México.
Los RAS son sistemas de producción acuáticos complejos que involucran una variedad de interacciones físicas, químicas y biológicas. Comprender estas interacciones y las relaciones entre los peces en el sistema y el equipo utilizado es crucial para predecir cualquier cambio en la calidad del agua y el rendimiento del sistema. Hay más de 40 parámetros de calidad del agua que se pueden utilizar para determinar la calidad del agua en la acuicultura De estos, solo unos pocos se controlan tradicionalmente en los principales procesos de recirculación, dado que estos procesos pueden afectar rápidamente la supervivencia de los peces y son propensos a cambiar con la adición. de alimento al sistema. Muchos otros parámetros de la calidad del agua normalmente no se monitorean o controlan porque:
(1) los análisis de la calidad del agua pueden ser costosos,
(2) el contaminante que se va a analizar se puede diluir con el intercambio diario de agua,
(3) las posibles fuentes de agua que los contienen se descartan por uso o,
(4) porque sus posibles efectos negativos no se han observado en la práctica.
Sin embargo, varios parámetros se monitorean y de estos se obtienen montones de información valiosa, pero por lo largo del tema, es material para otro blog.
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